
24 Jun Familia Katz: “Ahora podemos empezar en Israel”
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Entrevista a olim
Familia Katz: “Ya que tenemos que volver a empezar, ahora podemos empezar en Israel”
¿Siempre supieron que iban a hacer Aliá, o un día hicieron el clic y dijeron nos vamos?
Damián: Son dos historias que un día se cruzan y se transforman en una familia. La historia de Dami es que desde su adolescencia tenía a Israel como uno de sus sueños. La historia de Caro es que un día conoce a Dami y le dice: “Mirá… capaz que Israel no sé… podemos ir de vacaciones y todo bien, pero no sé si me veo haciendo Aliá”. Pero fue pasando el tiempo y Caro se fue enamorando un poco más de la idea y de Israel, y en el último tiempo la idea ya empezó a tener una forma más real. Por nuestro trabajo comunitario y profesional, tuvimos varias veces la oportunidad de ir a Israel, primero en pareja y después en familia, entonces ya lo empezamos a ver como algo mucho más concreto. Sin embargo, nuestra primera decisión, cuando le pusimos fecha, era irnos en diciembre del 2021.
¿Y qué pasó que se adelantó?
Damián: Desde una perspectiva objetiva y metafísica al mismo tiempo, el mundo a partir de marzo cambió rotundamente y es como que nos dio la oportunidad de poder pensar y poner todas las cartas arriba de la mesa y resetear, si querés, y volver a empezar en un montón de cosas. Y la verdad es que nosotros nos lo tomamos desde esa perspectiva, como bueno, si podemos volver a empezar en tantas cosas, por qué no, ya que tenemos que volver a empezar, ahora podemos empezar en Israel. La historia es que yo me levanté la primera mañana de la cuarentena, como si fuera una epifanía, diciendo: “Nos vamos”. Y Caro como mirándome: “¿Qué te pasa?”. Y yo diciéndole: “No entendés. Nos tenemos que ir. Ya se terminó. Esto es una señal de que nos vamos”. Y medio como que después de dos días de verme poseído con la idea, dijo: “Bueno, vamos”. Y ahí empezamos con los trámites de Aliá. Hace poco hicieron Aliá unos muy amigos nuestros, mi socio hizo Aliá el año pasado, tengo a mi hermano allá, y de repente te vas dando cuenta de cuánta gente está en Israel. Y decís: “Pará, no me estoy yendo solo”. Hay un montón de gente que me conoce, más, menos, que está dispuesta a ayudar, a contener, a abrazar, y no es que te estás yendo al medio del desierto, es al revés, te estás yendo a un lugar lleno de familias y amigos, más cercanos, más lejanos…
Dijiste que los dos hacían un trabajo comunitario. Si quieren contar brevemente cuál era ese trabajo hacían.
Damián: Nosotros dirigimos una comunidad en Argentina que se llama La Casa, que es la comunidad más importante, sino la única Datí Leumí de la Argentina, y otros proyectos como Shabat Box y también un proyecto que tiene que ver con Aliá para jóvenes, y yo siempre estuve muy relacionado con el trabajo comunitario. Y sin lugar a dudas al llegar allá vamos a seguir vinculados a La Casa.
Contaron que tienen familia, que tienen amigos allá, ¿dejan familia acá también?
Damián: Sí, dejamos un montón de familia acá. Lamentablemente es la parte más dura y más difícil que tiene todo este proceso. Te diría que es una parte muy difícil. Pero, también, el mundo este no es el mismo mundo de hace 20 años. De Israel a Argentina es un avión, parece que es un montón, pero al final son 20 horas de vuelo, 22 horas de vuelo, y uno está. Nuestros padres van a venir, nosotros vamos a venir a visitarlos. Eventualmente a más de uno pueda picarle el bichito y nos acompañe en Israel. Entonces, por un lado, es cierto que la distancia se agranda, pero con las telecomunicaciones y la posibilidad de estar a un avión de distancia, me parece que es mucho menos terrible. Sí es un cambio paradigmático muy fuerte. Pero tiene que ver con cuál es el presente y el futuro que queremos para nosotros, eso es lo que se baraja.
¿Qué es lo más ilusión les da, o qué es lo que están esperando hacer primero? Y también qué es lo que les preocupa más o cuál es el obstáculo que sienten que van a tener que superar.
Caro: Lo que más me motiva es ver a mis hijos con mayores libertades. Tanto en el contexto actual en Argentina por el COVID más lo que probablemente se venga en el país, vivimos en un mundo medio encerrados acá, y está bien, yo tengo una casa grande, tengo un patio al que pueden salir, tener aire, pero no podemos ir tranquilos a un parque, que se junten con otras personas y jueguen en una plaza y yo estar tranquila de que estén jugando, o sea, es como que sentimos que allá van a tener muchísimas más libertades para crecer como chicos. Creemos que allá van a crecer con una educación de excelencia, con un contexto y un país donde todos, quizá, son más como uno.
Toda la situación actual, quizás, aceleró la decisión, pero eso también nos hizo dar cuenta de que la comunicación a la distancia existe, porque yo no vi a mis abuelos en toda la cuarentena, y aunque ahora me voy ahora a ir a despedir con barbijo y máscara, hablé todos los días por teléfono y los llamo por videollamada. Esto también facilitó la decisión.
Damián: Igual con respecto al COVID y todo lo que está pasando, más allá de la parte negativa, que ya conocemos todos, creemos que es una oportunidad, puso a todo el mundo en pausa, nos dio la posibilidad de repensar un montón de cosas, y de entender dónde estamos parados, como que acentuó y mostró un montón de cosas a las que uno quizá les daba mucha importancia y capaz que no la tenían, o puso a la luz algunas cuestiones que uno no se daba cuenta cuán importantes que son y cuán necesarias y dónde uno está mejor en eso, llámese libertades personales, seguridad personal, tranquilidad personal, gente con la que compartir con los mismos valores que vos…
Les preguntamos por los planes a largo plazo, planes para Israel a nivel personal, a nivel profesional. ¿Ya pensaron qué quieren hacer allá?
,Caro: Dami trabaja en una empresa que está relacionada con Israel, en turismo, que en este momento está todo como medio frenado pero la idea es que siga con eso, veremos si se puede, sino se recalculará. Yo, en principio, tengo que hacer el Ulpan, porque no tengo la facilidad del hebreo que tiene él, pero hablo y entiendo, y hablo también inglés, entonces no me preocupa tanto el idioma, pero quiero perfeccionarlo para poder hablar fluidamente, en principio seis meses, eso seguro, voy a hacer el Ulpan, los chicos van a empezar el colegio, y después, yo tengo una profesión, y si me puedo insertar en el mercado laboral lo haré con lo que yo estudié.
¿Quieren contar algo más?
Damián: Yo lo que quiero decir es primero que estamos muy agradecidos con todo el equipo de la Sojnut, con toda la gente alrededor que es impresionante el trabajo que hacen, que es increíble lo acompañado que uno se siente, que se lo cuento a gente que, quizá no es judía, que te estás yendo a vivir a un país y tenés una persona que te ayuda a que esté todo bien, que después te llama otro y que te hacen reuniones, es una sensación muy especial, muy linda, muy única. Más allá de todas las cuestiones burocráticas, creo que en el pueblo judío en general, no somos tan buenos en lo burocrático y somos espectaculares en querernos los unos a los otros, a veces nos cuesta más, o menos, y eso se ve incluso en esto, que estás siempre acompañado, así que me parece una cosa impresionante. Así que gracias, la verdad que muchas, muchas gracias.
Un país que busca un avión de repatriados para meter inmigrantes en el medio de una pandemia y te llaman y te hacen reuniones, y hasta te dicen no mirá, la comida, y cómo te ayudo, te pongo en contacto con uno que estuvo ahí, tenés que hacer cuarentena pero te vamos a dar un hotel… y uno dice, pará, ¿pero quién soy yo? Y los que lo vamos transitando, siempre somos responsables de ayudar al próximo, pero la entrega que nosotros percibimos es impresionante.